4/9/11

LA PIEL QUE HABITO


Yo llevo a Almódovar en la piel. Empezando por ahí, confieso que acudo a cada estreno entregado por completo a un director que es para mi como un padre, cinematográficamente hablando.

Con él aprendí a entender el amor sin diferenciar entre hombres, mujeres o viceversa, a amar los boleros y sobre todo a entender mejor el universo femenino.

A través del cine de Pedro descubrí que yo quería enamorarme de una "chica almodóvar", de una de esas hembras valientes, sinceras, también liantas, que pedían ser amadas y poseídas a partes iguales. Mujeres al fin y al cabo tan distinguidas o soeces como cualquier hombre( pese a quién pese cada vez estoy más convencido de que somos iguales: la guerra de sexos ya es historia)

Y como un buen hijo llego a LA PIEL QUE HABITO obediente y predispuesto a entender y escuchar a mi progenitor ( y con más información de la necesaria). Es muy importante no saber demasiado sobre LA PIEL antes de verla (misión imposible) pero aún así el guión está lleno de sorpresas y momentos brillantes.

Elena Anaya es sin duda un animal de pantalla, se crece ante ella, su belleza es tan etérea como brutal y su interpretación desgarradora. Antonio Banderas borda un personaje muy complejo, quizás demasiado, para entenderlo en 130 minutos de película.

La fotografía es exquisita y de nuevo la música de Alberto Iglesias se convierte en un personaje más de la trama.

Acompañan a la pareja protagonista un divertido y quizás innecesario personaje interpretado por el genial Roberto Álvarez y una Marisa Paredes demasiado intensa para un papel secundario (es lo que tiene ser tan buena actiz, hay que saber dosificarse). De los debutantes destacar a Jan Cornet, un joven actor que sin duda dará mucho que hablar, es pícaro, dulce y con un aire desaliñado muy internacional.

LA PIEL QUE HABITO es un película de género confuso que navega entre el suspense, el miedo y el amor. Puede resultar en momentos incomoda y en otros conmovedora. Es un reto para el espectador y también para su director que podría conformarse regalándonos una de sus comedia cada año en vez de complicarse y complicarnos la vida. Pero ese no sería mi padre.

Besos 4 breakfast

Jimmy Trash.