18/10/09

PRAGA 09

El Moldava. El río da a la ciudad un aire romántico y melancólico. 18 puentes para cruzarlo, el más famoso el Puente Karlo pero demasiado concurrido. Busca el tuyo.
Grafiti conmemorativo de la muerte de John Lennon en la zona universitaria de Mala Strana.
Mala Strana, nuestro barrio y dónde viviríamos sin duda alguna. Sus calles adoquinadas y tranquilas son ideales para pasear y perderse.


El Museo Kubista me encantó por su aire tan soviético, su tienda y su café. La colección no es demasiado relevante pero el edificio que la alberga si.

La vieja sinagoga y el cementerio judío son visitas imprescindibles. Además están en el barrio más fashion de la ciudad. Toda una paradoja.


La Degustation Boheme Burgeoise fue el restaurante que más nos sorprendió. Fundado por un discípulo de Ferrán Adriá, David Díaz, su menú recupera recetas checas de S. XVII y las fusiona con otras muy vanguardistas. Y como auténticos eslavos tomamos lengua de ternera. Detalle del WC decorado con rodajas de pomelo.

U Modre Kachnicky fue el sitio más romántico y auténticamente checo de los restaurantes que conocimos. Su sopa de patata y sus especialidades de pato exquisitas y a un precio razonable.


El Museo Kampa. Los jardines, su terraza y su capuccino. La exposición de arte contemporáneo de artistas checos en su mayoría es interesante ya que el matrimonio Mladek desde su exilio recuperaron la obra de muchos artistas para traerla de nuevo a Praga al desaparecer el viejo régimen.


Los tranvías son si duda uno de los símbolos de la ciudad y muchos de ellos todavía originales de la época comunista. Al verlos pasar también se viaja en el tiempo.


Au Gourmand es una exquisita pastelería situada en pleno barrio judío. Era una antigua carnicería y es ideal para reponer fuerzas. Una delicia.


Imagen del Hotel Four Season junto al río. Su restaurante Allegro, el único con una estrella Michelin de la ciudad, ofrece la esencia de la mejor comida italiana en un menú cerrado de 5 platos a cual mejor.

Y podría seguir contando maravillas de Praga pero el resto hay que descubrirlo paseando por sus calles. Por supuesto el Castillo, la catedral, sus iglesias (casi todas ofrecen conciertos por la tarde a 15 euros p.p), el Reloj Astronómico en Stare Mesto, su cerveza... Pero yo aquí os dejo nuestra ruta, la que nos ha cautivado.

Besos 4 breakfast

Jimmy Trash