La espera fue larga pero mereció la pena. Era mi primer concierto de Madonna y el espectáculo no me defraudó. Quizás eche de menos canciones pero disfrutar de Ray of light, Like a virgin o Miles away, mi favorita de Hard candy, suplió todas las ausencias.
Madonna se dejo la piel, bailo hasta quedar exhausta, toco la guitarra y dejo bien claro quién manda en el mundo de la música: ella. Además, ir a verla en directo no es ir a un concierto, es asistir a un gran musical en el que todas las piezas encajan a la perfección y no hay lugar para la improvisación.
Podría criticar los nuevos arreglos de temas que no me entusiasmaron, juzgar su voz, el sonido... Da igual, el sabor que ha quedado en mi boca es bueno, es fresco, es gratificante. No puedo dejar de poner a caldo a la organización por su poca profesionalidad y eso que estábamos en la zona VIP, sino todavía estaríamos intentando acceder o abandonar el recinto sin haber podido ir al w.c. y sin haber tomado una copa.
Ir a ver a Madonna en concierto es de esas cosas que hay que hacer por lo menos una vez en la vida. Yo ya he cumplido.
Besos 4 breakfast
Jimmy Trash
Foto 1 Ella toca sola
Foto 2 Culo VIP
Foto 3 La mejor compañía
Foto 4 La alfombra lila
Foto 5 Chini y los demás
